UNA CRUEL VERDAD
Por
Robert VargasAyer, cuando el cura Salvador Romero, de la parroquia Don Bosco, dijo que la prensa "solo se mueve por esto, (el dinero)", hubo en el salón un silencio profundo. El ambiente se tornó algo pesado y los allí presentes miraron de reojo a los periodistas que, fotógrafos y camarógrafos que estaban allí.
Algunos se sonrieron tímidamente, como sintiendo verguenza ajena. Y alguna periodista, se enfureció y, por lo bajo, murmuró con enojo:
-"El no puede estar metiendo a todo el mundo en el mismo saco".
Me resultaba simática esa escena.
Estaban mencionando "lazo en casa del ahorcado".
Allí, en el auditorio, estaba el Jefe de la Autoridad Metropolitana de Transporte, (AMET), Bencosme Candelier, el Director del Hospital Dr. Darío Contreras, Hector Quezada, la Regidora Edita Sandoval, el cantante Bladimir Dotel, el de Ilegales, muchísimos oficiales de la AMET y otras personas más.
Ninguno dijo ni una sola palabra pero, en el fondo, compartían el mismo criterio que el sacerdote.
Romero está convencido de que la prensa solo se deja sentir "cuando hay dinero".
Como él, muchos creen lo mismo.
El religioso tiene motivos más que suficientes para hablar así en público.
Ocurre que hace un tiempo estuvo observando una peregrinación de esas que hacen ahora desde el campo hacia el Palacio Nacional.
Era ocho muchachos que caminaban con una cruz a cuestas.
De repente, en el camino de los peregrinos se colocaron soldados equipados con armamentos de combate; policías con escudos y granadas lacrimógenas.
Parecía que se produciría la "madre de todas las batallas".
Ocho chicos armados con una cruz de madera de un lado, del otro las tropas listas para el asalto final.
Junto a los dos bandos, un enjambre de camarógrafos, fotógrafos y periodistas se movían de un lado hacia el otro.
Tomaban fotos por aquí y fotos por allá. Hacían tomas en vídeo con sus cámaras modernísimas y tomaban apuntes.
Romero cuenta que, al día siguiente buscó todos los periódicos para leer, "con sus propios ojos", lo que había visto y vivido.
Quería ver la forma en que lo relatarían los periodistas.
¡Oh decepción!
Nada, nadita de nada. Ni una línea.
No, ni una línea no. En uno de los periíódicos salió una notita de dos o tres parrafitos.
Desde entonces, el buen hombre está convencido de que "la prensa solo se mueve donde hay dinero".
Y no hay quien lo saque de ahí.
Molestos, algunos periodistas lo esperaron a las puertas del hospital para "pedirles" que le abundara sobre su denuncia y les dijera que con nombres y apellidos cuáles son esos periodistas que "se venden" y quienes "los compran".
¡Qué muchachos estos más "celebres"!
Romero sostuvo su criterio de que en esos programas que ustedes ven hablando mucho lo hacen por dinero.
Los periodistas insistían en reclamarle que los identificara, como si ellos no vivieran en República Dominicana.
Y entonces, hábilmente, el religioso les dijo, más o menos: "ustedes quieren que yo les de los nombres, pero ni Vincho da los que él tiene".
Romero está convencido de que la lista de periodistas que se venden y los compran "es larga".
Poco después, cuando nos encontramos en el camino, le dije textualmente:
-"Lo felicito, usted tiene razón".
Yo soy de los que creen que en el periodismo hay mucho de podredumbre, pero no en esos muchachos que andan recogiendo noticias día a día. En otros niveles.
Aqui hay prensa que se vende y que se compra. Gentes que escriben de a tanto por líneas y que cobran de a tanto por palabras.
Como hay sacerdotes que son basura, y policias que son ladrones y asesinos, y legisladores que son unos bandidos, y maestros que son corruptos, y curas que cojen muchachitos; y periodistas mentirosos, ; también ingenieros que utilizan materiales no aptos en sus construcciones y laboratorios farmacéuticos que engañan alpúblico elaborando medicantes que no sanan...
Aquí hay de todo. No se porque hay periodistas que se ofenden cuando le sueltan la verdad en la cara.
Por ahí hay respetables profesionales de la prensa que no pueden justificar, con sus sueldos, el lujo y el derroche con el que viven.
Lo mismo ocurre con otras personas de otras áreas. Incluso, hasta sacerdotes que cobran por darle una misa a un muerto, y periodistas que cobran para hablar y para callarse. Hay de todo.
¡Ah! A mi amigo Darío Mañón, quien es el Secretario General del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa en Santo Domingo Este, no le gustó lo que dijo el cura y le reclamó que "no generalizara".